Estaban Fleming y su placa de Petri cuando, de repente, “¡Pum!” se convirtió en Chocapic el estafilococo áureo sufrió el ataque de la Penicilina, descubriéndose el antibiótico por excelencia gracias a una cagada monumental.
El chiquillo era dado a tenerlo todo desordenado y en la placa donde tenía el cultivo bacteriano crecieron hongos que se cargaron a sus bichitos. Lo normal es tirarlo todo y volver a empezar, es decir, asumir que la has cagado y continuar adelante sin pararse a pensar mucho. Lo genial sería asumir que la has cagado y decidirse a recoger un poco el cuarto antes de tener una placa a la intemperie, Pero la jugada maestra fue la de nuestro amigo Fleming: asumir que la has cagado, ver las repercusiones de tu cagada, analizar cómo has llegado a cagarla y no permitirte a ti mismo hacerlo más… y si de paso descubres que tu cagada salva vidas… ¡pues hasta arriba de mierda, compañero/a!
Como habrás podido observar, voy a repetirte millones de veces que hay que “asumir que la has cagado” porque es el primer paso, pero antes de que empieces a creer que tu vida es un desastre quiero que sepas que “cagarla” es natural y parte del proceso de aprendizaje. En realidad, más que cagarla, que tiene connotaciones negativas, lo que has hecho ha sido aprender una manera de no hacer las cosas, a lo Edison (“No fracasé 999 veces; descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”).
-ADVERTENCIA DE SEGUNDA PARTE-
Vale, ya la has cagado y entiendo tu insana y honrada intención de arreglarlo, pero como dijo Rafiki, “el pasado puede doler, pero tal y como yo lo veo, puedes huir de él o aprender”.
Intentar arreglarlo a lo loco es casi una respuesta natural favorecida por la adrenalina que produce pensar “la he cagado”, pero si nadie va a morir si paras de intentar arreglarlo, sería interesante parar un segundo y aprender antes de…ya sabes, cagarla más. Para todo lo que no sea gente muriendo, de verdad, aprende, tómate tu tiempo, céntrate en lo que quieres conseguir y asume que la has cagado tomando el camino que has tomado. Puedes tomar otro sin más (tirarlo todo y volver a empezar), tomar otro camino apreciando los errores de antes y teniéndolos en cuenta (recoger el cuarto) o estudiar qué ha fallado y aplicar tu aprendizaje al nuevo camino (Fleming way, Motherf****r).
Y oye, como posdata: Coger otro camino no es empezar de cero, es dar un paso atrás hasta la última vez que pensaste o supiste que ibas bien y empezar a andar en otra dirección, o quizá en la misma, pero aprendiendo a saltar o a agacharte… espero que hayas pillado la analogía de obstáculos por abajo o arriba, respectivamente. En algunos casos, por supuesto, tendrás que “asumir que la has cagado” desde el principio, pero sólo mejorando tu habilidad para reconocer cagadas podrás comprender que la has cagado tan profundamente. En caso contrario, seguirás pensando que eres la caña.